Tom Kelly escribió un libro que recomiendo: «The ten faces of innovation», donde analizaba las 10 figuras básicas que cada empresa tiene que tener, desarrollar, fomentar, .. para combatir a los «devil advocates», esos buhos que frente a cada nueva idea se levantan, te sonrien como yenas y te dicen: «magnifica idea hija, pero,… no está en nuestra cultura, no lo hemos inventado aquí, no tenemos los medios necesarios, nuestros clientes son otros, …

Se dedican a destruir cualquier iniciativa que no salga de sus enfermizas cabezas, como paladines del orden y de lo que es bueno (según ellos).

Así cuando un buho de estos habla, se necesitan al menos 10 figuras distintas para rebatirlo y defender la necesidad de armar un piloto, una prueba de campo, … para demostrar empiricamente que la idea es irrealizable (nada es imposible con medios y motivación y si no vas contra las leyes físicas).

Una de estas figuras yo la llamaría la del «Chief Empatic Officer» (CEO), aquella persona que se dedica a entender a todo el mundo antes de juzgarlo, en hacer sentir a todo el mundo que «es mejor de lo que cree».

¿Se nace CEO?

Algun@s sí.

Otr@s se hacen por algún golpe de la vida que les pone en su sitio.

En algún momento de sus vidas, las personas felices se hacen empáticas: un viaje, conocer a álguien, un curso, una tribu, una enfermedad, la pérdida de algo/álguien muy querido, darse cuenta que nos vamos a morir TOD@S, que la vida es corta, que tenemos que mantenernos «Hungry y Foolish», que vivimos bajo el mismo cielo.

Si no lo sóis todavía lo seréis antes o después. Si no, estáis destinadas a ser infelices o a no disfrutar de una felicidad llena que, sin ser empática, nunca llegará.