Soy profesor en serio desde 2002 y considero la enseñanza mi vocación, mi “calling”: creo que después de educar a nuestros hijos no hay reto/obligación más grande para un ser humano que compartir sus conocimientos, sus best-practices, sus éxitos y fracasos; no hay nada más complejo y gratificante a la vez.
He co-fundado/participado en varios proyectos (todos no-profit) para impulsar el emprendimiento y la transformación digital sobre todo entre los niños como ThinkidsProject, TEDxCibelesKids, Fundación Create, Cloqq, … y seguiré haciéndolo. No hay nada con mayor impacto en la sociedad que preparar a nuestros niños para un futuro donde la incertidumbre será la única certeza, donde los “skills” más importantes serán “buscarse la vida”, “emprender”, “adaptarse”.
En 2010 participé en un seminario sobre “technology and education” que impartimos en las áulas de la Universidad de Harvard (gracias al David Rockefeller Center for Latam Studies Drclass y al Real Colegio Complutense en Cambridge): desde entonces la transformación digital ha crecido exponencialmente, incluso más de prisa que la misma Ley de Moore, impulsando nuevos modelos de negocios educativos y un sector entero (edutech).
En 2017 había 15,000 startups en más de 50 países y 26 clusters de ed-innovation: desde 1997 se han invertido unos 50,000M US$. CB Insights proyecta globalmente más de 500 emprendimientos edutech nuevos solo in 2017, por un valor de 3,000 MUS$. En la misma línea van los datos de EdSurge y HackEducation en EEUU.
¿El motivo? En una palabra: empleabilidad.
El sistema tradicional es una fábrica de “no-emplead@s” mientras sólo en España, donde el Gobierno se gasta cada año 2,500 M euros en educación, se prevé que en los próximos 3 años más de un millón de empleos no podrán cubrirse, debido a la falta de personal capacitado, sobre todo en los sectores “científicos”.
El Banco Mundial tiene un blog que se llama “edutech” donde un post publicado en junio de 2017 hablaba de los 20 proyectos de innovación educativa más importantes para Africa que ponía de relieve la importancia de la tecnología para “hacer abundantes recursos hoy escasos” (como decía Peter Diamandis en su charla en TED), como por ejemolo el acceso a la trans-formación.
En Opinno somos los editores de MIT Technology Review en Castellano y hace poco se publicaron las 10 tecnologías emergentes que están cambiando el mundo.
Todas ellas van a impulsar la proliferación de empresas “edutech”, al romper las barreras tradicionales que por decenios han restringido la educación a la áulas de los sistemas educativos tradicionales, que “matan la creatividad” como decía Ken Robinson es su famosa charla en TED, probablemente el “conocimiento” más apreciado de los futuros empleados/emprendedores.
Entre las tecnologías que más van a impactar en estos nuevos modelos, destacaría lo que llamamos “Interface zero”, es decir la omnipresencia de los smartphones, “todo en la nube” y la ubicuidad de las personas, “la sensorización” progresiva de personas y lugares (IOT), la “hibridación” progresiva de máquinas, personas y software, la Inteligencia Artificial y reconocimiento de voz al alcance de todo@s, la “socialización” del mundo, con los “Millennials” pronto al mando, la “virtualización” de la realidad que permite experiencias personalizadas y una enseñanza omnicanal de calidad y finalmente una mentalidad que Chris Anderson ha llamado “Makers” que nos devuelve a la experimentación “ágil” de los garajes de los años 60 en Silicon Valley, pero para tod@s.
Los efectos sobre la educación del futuro de esta transformación “singular”, es decir exponencial y barata, ya son visibles a la luz del sol y plataformas internacionales como Udemy (2009) Udacity (2011) o Coursera (2012) ya están en nuestras vidas.
Para citar sólo dos de las Instituciones más prestigiosas de USA relacionadas con la tecnología, la plataforma de MOOC gratuitos en la Universidad de Stanford registra 172 cursos (mi preferido es el Giving 2.0) y la de MIT otros tantos: se ha creado incluso una plataforma integrada por MIT, Harvard, Berkeley, etc. que se llama EdX.
En España tenemos desde escuelas dedicadas a la formación de los nuevos empleados “digitales” a una gran proliferación de curso específicos, como en Instituto de Empresa Business School y Escuela de Organización Industrial.
Por otro lado, empresas como Opinno, impulsada por la necesidad imperiosa de expertos digitales, ha lanzado su propia Academy, para transformar a los líderes del futuro, bien en las Corporaciones bien para Fundaciones como Tomillo, Pascual Maragall, Médicos sin Frontera, … y ONCE con este piloto de Digital School.
Todo esto va a disminuir la brecha digital existente a todos los niveles y el miedo a la tecnología como destructora de empleo. Amazon crea 3 puestos de trabajo nuevos por cada robot que introduce en su cadena de valor. Sólo en el área de San Francisco, Uber da trabajo directo a más de 20,000 conductores, 10 veces más que el número de taxistas registrados (1875).
De hecho, lo que no se pueda automatizar en el futuro tendrá un valor incalculable, como la creatividad, imaginación, intuición, emoción, sensibilidad, la ética. Habrá clientes digitales, activos digitales, talentos digitales.
Tendremos que fomentar pensamientos laterales y re-diseñar el papel que jugamos las personas en empresas que serán humanamente tecnológicas, donde aprenderemos a colaborar con las máquinas, los robots, nuestros nuevos compañeros, como Atlas, Baxter o mi «amigo» Pepper en la foto de portada.
Tendremos que fomentar un pensamiento socializado para que nos movamos como los estorninos en sus danzas majestuosas que llamamos “murmuraciones”.
Tendremos que aprender de las secuoias, estos gigantes de 100 metros que tienen raíces de sólo metro y medio de profundidad, pero enlazadas entre si en una red “social” que mantiene su verticalidad colectiva.
Un amigo mío en Palo Alto me dijo hace poco: “Antonio, acabo de hacerme una prueba de DNA por menos de 100 dólares y resulta que soy originario de almenos 15 países: he decidido viajar a cada uno de ellos y me siento un ciudadano del mundo”. Lo mismo le pasó a est@s chic@s en el DNA Journey.
En el fondo, la humanidad no es muy distinta del bosque de secuoias.