Esta mañana he tenido una discusión muy divertida con un señor con pinta de importante (y además llevaba traje y corbata).

En pocas palabras: quería motivar a su equipo a su manera y acabó su perorata con «estamos aquí para ganar dinero, no para salvar a las ballenas».

Encima esperaba aplausos y sólo los pelotas lo hicieron.

En la pausa del café le llamé a parte y le pregunté:» ¿crees que tus empleados cuando llegan a sus casas por la noche, lo primero que hacen es contar el dinero que han ganado en el día?. Porqué si hacen otra cosa (como abrazar a sus hij@s, darle un beso (al inut¡til de) su marido, o para ocuparse de su comunidad), la has pifiado, pero bien.»

Decirle esto a tus empleados es recordarle que lo que tu esperas de ell@s no es pasión, entrega y trabajar para un sueño, sino «manualidades», cerebro en vez de corazón, tiempo y no ilusión.

No hagan nunca este error por favor: trabajando para una «causa» grande suele llevar el éxito, mientras no funciona casi nunca al revés.