Trabajar con inteligencia artificial es sinónimo de gestionar muchos datos. Seleccionar, categorizar y etiquetar «objetos» es imprescindible para que los algoritmos de #IA los reconozcan y busquen nuevos patrones. Para que esto sea posible es necesario el uso intensivo de personal humano.

En este artículo publicado por Mit Technology Review, Kate Kay (fundadora de la Web sobre información ética sobre #IA, Redtail) nos cuenta que en un sector dominado por empleos precarios, un pequeño grupo de compañías como CloudFactory, iMerit y Samasource promete que sus trabajadores están bien remunerados y atendidos. Pero, a falta de regulación, es imposible saber si realmente lo están haciendo.

La sustitución «hombre-máquina» es uno de los principales retos al que se enfrenta la humanidad en la década que se avecina, en los albores de la cuarta revolución industrial prevista por Jeremy Rifkin. Para que esto sea posible, una parte de las personas que trabajan en la «gig-economy» tiene que dedicarse a tareas muy aburridas, para que en un futuro cada vez más próximo sean máquinas (algoritmos, Bots, Robots, ..) que se dediquen a ello (y a trabajos peligrosos y sucios).

Si, Gig-economy. Hay personas que usan su bicicleta/moto/auto y entregan paquetes/comida en Glovo/Instacart o transportan cosas o personas en Uber y otras que se dedican a decirle a una máquina: esta es una cebolla, esta una manzana, esta una pera, este un membrillo.

Me ha parecido revelador que una de las dos plataformas líderes en el «entrenamiento» de #AI para machine learning (la Australiana Appen) tenga un millón de suministradores dedicados a ello, en 130 países y en 180 idiomas (la otra es Amazon Mechanical Turk).

La inteligencia está en el concepto «wiki» a la base de cualquier plataforma de crowdsourcing, que impide «abusos literarios» hechos por malintencionados o torpes aunque, en 180 idiomas, algún error «iterativo» seguramente se colará.

A ver quien le explica a un bot que «coger a la abuela» no tiene nada de pervertido en Madrid (bueno en Buenos Aires, …).