Me he pasado dos días en Expo Management, viendo a amigos y colegas de mi mundo (cada día más complejo de definir).
Escuchar a Gary Hamel, Susan Greenfield o Terry Leahy es siempre un privilegio.
Me decepcionó Mario Alonso Puig con una teatralidad impropia de un auditorium como el del Palacio de Congresos: en mi opinión se puede explicar la fuerza de la palabra con un tweet, una frase poderosa, un video de un minuto y no es necesario tanto histrionismo, sobre todo si se nota que eres un médico y no un actor.
Tony Blair actuó como Tony Blair. No pudimos hacerle ni una pregunta.
Conocí a Tony Blair al final de los 90s. Él era primer ministro de Inglaterra y estaba con su esposa, (aparentemente) sin guarda espaldas, con total discreción, asistiendo al mismo concierto en la mágica San Gimignano.
Yo estaba con mi hada y las «Overtures» de Wagner dejaban huellas sonoras indelebles: tierna la noche Toscana de luces suaves. Comentamos el hecho que la presencia del premier formalizaba que mi Chianti se había transformado en “Chianti-shire”.
Me encantó ver su naturalidad, tan distinta de la ostentosa y ruidosa presencia de politicos italianos con sus coches, gorilas y paparazzi siempre a cuesta. Así se lo expresé, con admiración y respeto. Blair representaba una nueva ola de políticos jóvenes, sin complejos, que buscaban nuevas «vías» disminuyendo burocrácia y aparatik, para acercarse más a «clientes» votantes.
Pero han pasado muchos años y hoy Mr. Blair y su clase política tienen mucho menos glamour, se han alejado de la gente real, de los jóvenes de la “Generación Einstein” y hablan de cosas irrelevantes para la gente, incomprensibles a veces, cortinas de humo, globos sonda, «as usual».
Después de escuchar como el patrono de Expansión le hacía un montón de preguntas ensayadas, politicamente correctas, a las que Mr. Blair contestó sin decir nada nuevo, me hubiese encantado oir su opinión sobre:
“Si mañana Facebook se transformara en un partido político y se presentara a las elecciones, ¿las ganaría en algún país europeo?”
“¿Usted lideraría un partido nuevo, donde no haya jefes, basado en la transparencia y espontaneidad, donde se presentaran en campaña solo las ideas más votadas, liderado por la sociedad civil, sin políticos profesionales sino todo lo contrario?
No hubo posibilidad de hacer tales preguntas: Mr. Blair, si lee este blog, contestenos por favor.